Me senté como todos los meses con mi cuaderno y mi café a escribir esta edición. Llevo 3 días dándole vueltas al tema. Miro al cuaderno, el cuaderno me mira. ¿Otro email hablando de la importancia de construir una marca con fundamento y sustancia?, me pregunto.
Llevo horas y horas invertidas y no he escrito nada. Blanca se ha ido de vacaciones y no tengo a mí otra mitad creativa para pimponear ideas. Mi app de trackear horas trabajadas sigue avanzando y yo sigo en el mismo lugar.
Me machaco.
No estoy siendo productiva. Se me acaba el tiempo para tener esta pieza terminada.
Se me acaba el tiempo. Punto.
Estoy aquí sentada, desperdiciándolo, y aún no sé usar Figma Slides que lanzaron ayer. No tengo la última versión de chat GPT, no pude integrar la AI a nuestro flow de trabajo. Ni siquiera llego a contestar los mensajes de mi familia en whatsapp.
Me repito a mí misma: “calma, no eres un robot… no eres un robot… no eres un robot”.
Pero las listas de las cosas que no hice y quiero hacer aumentan cada día. Tengo que mejorar mi productividad para llegar a hacerlo todo.
Espera.
¿Tengo que ser siempre productiva?
¿Productividad y creatividad van de la mano? Me atino a pensar que son todo lo contrario. Para crear algo y estrategizar necesitamos espacio vacío.
Vacío para reflexionar.
Vacío para construir.
Vacío para ver con claridad.
El vacío va en contra de la productividad.
Pero parece que en los tiempos que corren, no ser productivos es un pecado. Y a la vez la monotonía de la rapidez nos cansa y nos aburre. Estamos más ocupados y aburridos que nunca. En esa fórmula es muy difícil que aparezcan ideas nuevas. De las que aportan valor, de verdad.
Nuestra obsesión por medirlo todo y la cultura del trackear (incluso la capacidad creativa) nos está robotizando.
Lo cierto, es que tengo muchas dudas acerca del futuro de las marcas (¡y de cómo gestionarlas!), pero tengo una certeza.
Las marcas no deberían ser ROBOTS. No pueden ser robots.
Cada vez estoy más segura que crear una marca, pensar una estrategia es un viaje de descubrimiento. De revelar verdades ocultas. De escuchar. De vaciar para llenar con nuevo significado.
Crear una marca y ser un líder estratégico, es como un puzzle.
Pero el puzzle está incompleto. Las piezas más valiosas se consiguen en esos momentos anti-productivos. Conversaciones, sobremesas, un viaje en coche, un podcast, un libro malo, una caminata de vuelta a casa…
Lo nuevo se construye con todos esos instantes que creemos inútiles e improductivos. Todos esos instantes difíciles de trackear.
Herramientas, todos tenemos.
Frameworks, todos tenemos.
Pero esos instantes “anti-productivos” son los que marcan la diferencia.
Y de eso se tratan las marcas.
Marcar la diferencia.
¿Te resuena?
En sunamers acompañamos a las marcas y a startups a definir lo que son, a ponerlo en palabras y a construir su marca ¿Hablamos?
Escrito por: Mariana Melo García
