“No conseguimos comunicar realmente lo que somos”.
Es nuestro pan de cada día, — perdón — tu pelea de cada día.
Si no es así, entonces puedes saltearte este email.
Pero si sientes una tensión continua entre lo que sabes que eres y lo que otros perciben, sigue un poco más.
A esa tensión muchos equipos lo adjudican a:
- Tiempo: “Somos pocos, estamos desbordados”
- Experiencia: “El equipo es junior, hacemos lo que podemos”
- Mercado: “La competencia es feroz, pasamos desapercibidos”
- Recursos: “Nuestro presupuesto limita nuestra comunicación”
¿Te suena?
Estas razones son válidas, pero solo son la punta del iceberg. La realidad es que si no logras comunicar tu esencia, lo más probable es que tengas un problema fundamental llamado branding.
Branding no es (solo) diseño. Es estrategia.
La mayoría de las empresas tienen un problema de branding sin saberlo. Esto ocurre porque se suele asociar el branding únicamente con el diseño, en lugar de verlo como una reflexión estratégica. Aunque el problema se hace evidente al final del proceso, generalmente se origina desde el principio.
“Una marca no es lo que dices, es lo que los demás dicen cuando no estás” — Jeff Bezos
Construir una Marca ≠ a hacer Marketing
Es extremadamente difícil encarar las fases de amplificación de marca, si lo anterior no existe, solo existe en tu cabeza o no es coherente con la visión del negocio a largo plazo.
Saber que es tu marca. Para quien sirve.
Entender cómo hablas, cómo te expresas, cómo articulas tus creencias.
Es la clave para comunicar lo que realmente eres, amplificar tu mensaje, ganar notoriedad y reducir la brecha entre lo que eres y lo que se percibe.
“Una marca es el conjunto de expectativas, recuerdos, historias y relaciones que, en conjunto, explican la decisión de un consumidor de elegir un producto o servicio en lugar de otro” — Seth Godin.
Cuando esa reflexión es clara. Cambia por completo la perspectiva de tus retos:
- Tiempo: “tenemos poco tiempo, pero nos enfocamos en lo que impacta”
- Equipo junior: “tienen poco expertise, pero tienen una guía clara”
- Mercado: “ponemos en evidencia constante nuestra ventaja competitiva”
- Presupuesto: “no tiramos tiros al aire, porque los recursos son escasos”
Un paradigma de evolución constante
El branding ya no es un proceso lineal, es un ciclo de evolución constante. La idea de que lo creado inicialmente es “sagrado” está obsoleta. Y ese es el verdadero gran desafío: vivir en la dualidad de la evolución y la consistencia, de la fluidez y la coherencia.
Las nuevas tecnologías, los conflictos sociopolíticos, la emergencia climática — vamos, todo el jaleo que pasa en el mundo actual — nos obligan a pensar y reflexionar constantemente.
El branding ha pasado de ser un proceso rígido y jerárquico a convertirse en algo más dinámico, adaptativo y fluido.
Y ojo: evolución no significa cambiarlo todo, sino decidir qué aspectos deben evolucionar y cuáles deben permanecer.
El secreto está en la coherencia: en alinear lo que una marca es (SER) con lo que el mundo percibe de ella (PARECER).
¿Por qué evolucionar en el 2025?
1. Invertir en un activo de valor a largo plazo.
A diferencia del marketing, que es inmediato, la marca es un activo que se valoriza cuanto más se trabaja estratégicamente.
2. Jugar un juego donde tengas el control
Hasta ahora, alquilar espacios digitales ha sido la vía más “fácil” para llegar a clientes. Pero cada vez cuesta más y requiere adaptar tu mensaje a sus reglas. El problema es que estás construyendo sobre un terreno alquilado: no tienes el control.
Si mañana te cierran TikTok o Instagram, ¿qué haces? Si el algoritmo cambia y deja de favorecerte, ¿cómo sostienes tu negocio?
Las plataformas priorizan a los anunciantes, sus reglas cambian sin previo aviso, y lo que hoy funciona, mañana puede desaparecer. Depender únicamente de redes sociales es jugar un juego que no controlas.
Por eso, más que nunca, las marcas deben construir su propio espacio.
No se trata de abandonar plataformas sociales, sino de tener un lugar propio, donde profundizar tu visión y donde las reglas las pongas tú y tu comunidad.
Tener una marca fuerte no solo te ayuda a diferenciarte, sino que te permite pivotar sin perder esencia. Porque cuando tienes claro quién eres, no importa si TikTok desaparece o Instagram deja de mostrarte: tu comunidad sabrá dónde encontrarte.
Y para construir un espacio donde otros se sientan parte, necesitas “tener tu casa muy bien amueblada”
Lo más difícil para una marca es crear un sentido de pertenencia. Pero es lo único que necesita para sobrevivir.
3. Optimizar procesos con dirección
La IA es una herramienta poderosa para agilizar procesos de marketing y comunicación. Pero, como cualquier herramienta, su valor depende de cómo la uses.
Para que realmente sume a tu marca, primero necesitas enseñarle quién eres.
Si no tienes esto claro, la IA solo generará contenido genérico que diluye tu identidad. Como dice Sam Altman, en esta entrevista, ChatGPT es un experto en producir bullshit bien escrito. Puedes utilizar la herramienta que creas necesaria, pero si creas bullshit, solo perderás los componentes claves de una marca:
- Diferenciación
- Relevancia
- Sentido de pertenencia
La clave no es solo crear más rápido o productivizar nuestro tiempo, sino crear mejor. Documentar y definir tu marca a través de un proceso de branding estratégico no solo ayudará a tus equipos a ganar claridad, sino también a entrenar la IA para optimizar esos procesos, velando por la esencia de la marca.
En 2025 ya no se trata de vender más, sino de construir un propósito genuino que resuene con las emociones y necesidades del consumidor.
¿Te resuena?
En sunamers acompañamos a las marcas a definir lo que son, a ponerlo en palabras y a construir su marca ¿Hablamos?
Escrito por: Mariana Melo García